miércoles, 25 de diciembre de 2013

Navidad (Red Velvet Cake)

¡Hola! ¿Qué tal ha ido vuestra cena?

Yo ya he acabado y es momento de la receta de la semana. Y la de hoy es perfecta para que, mañana después de la comida de Navidad, os olvidéis de los turrones y os volváis locos con una rica tarta de chocolate bien suavecita.

No os voy a contar mucho, porque tendréis bastante que cocinar, ¡o que digerir!

Feliz Navidad a todos los que viváis en occidente :)



Red Velvet Cake


INGREDIENTES

· 2 1/2 cup (250g) de harina tamizada
· 2 tbsp (15g) de cacao en polvo tamizado
· 1 ½ cup (300g) de azúcar
· 2 huevos
· 1 cup (240ml) de buttermilk
· ½ cup (115g) de mantequilla
· 1 tsp de vainilla
· 2 tsp de levadura química
· 1 tsp de bicarbonato sódico
· ½ tsp de sal
· Colorante rojo

· 450g de queso
· 1 cup (250ml) de nata para montar fría
· 1 cup (120g) de azúcar glass
· 1 tsp (5ml) de vainilla




PREPARACIÓN

Esta tarta es muy suave y tiene un sabor a chocolate ligero que no satura, así que no será difícil oponerse. Y además, se puede hacer de cualquier color, ¡perfecto para navidad!

Para empezar, diez minutos antes de empezar con la receta, hay que preparar el buttermilk. Para ellos hay que mezclar 1 cup (240ml) de leche con 1tbsp (15ml) de zumo de limón o de vinagre blanco y dejarlo reposar al menos diez minutos antes de usarlo.

Ahora se comienza la receta. Precalentar el horno a 180ºC, engrasar y empapelar el molde a utilizar.

En un bol mediano se mezclan la harina, el cacao, la sal, la levadura química y el bicarbonato.
En un recipiente, se mezcla el buttermilk con el colorante hasta obtener un color vivo, teniendo en cuenta que el cacao oscurecerá la mezcla.
En otro bol grande, se baten la mantequilla (blanda) con el azúcar, y se agregan los huevos de uno en uno, junto la vainilla hasta que la mezcla sea homogénea.
A continuación se van agregando la mezcla de ingredientes secos y el buttermilk, de manera alterna. Los secos en tres veces y el buttermilk en dos, mezclando todo bien en cada turno, pero sin pasarse, sólo hasta que no quede nada seco. Se puede añadir más colorante en este momento si el color es ddébil.

Pasar al molde y meter al horno durante 40 minutos o hasta que un palillo clavado en el centro salga limpio y seco.
Una vez fuera del horno, se deja enfriar antes de cortar y rellenar. Esta tarta se cortará en tres o cuatro capas, y si la parte superior esta curvada, se corta para nivelar. Se pueden guardar todas las migas para decorar la tarta, y en caso de cortar la parte superior, se puede desmigar y utilizar también.

Para el frosting, hay que batir el queso junto a la vainilla y el azúcar glass por un lado, y por otro montar la nata. La nata debe estar fría de la nevera, al igual que las varillas y el bol, de esta forma se monta mucho más rápido. Una vez esté preparado, se mezclan el queso con la nata con ayuda de una espátula y haciendo movimientos envolvente. 
Es el momento de rellenar cada capa de la tarta, la parte superior y el contorno, y decorar la tarta.

A mi me gusta guardar esta tarta en la nevera para que el frosting coja cuerpo. Además me gusta más el sabor. 

Una idea para la navidad, así que se me acaba de ocurrir, sería preparar dos de estas tartas, una roja y otra verde y montar las capas alternando una de cada color, usando las migas de los dos colores para decorarla.
Disfrutad de las fiestas.


¡Feliz Navidad!

miércoles, 18 de diciembre de 2013

El Hobbit (¡Tortitas!)

Hola hermosos y hermosas!

Son las once y me entra la inspiración ahora (mentira, que no me acordaba).

¡Pero tengo excusa! 

He ido al cine a ver El Hobbit. Y también he comprado un par de ramekines para hacer un soufflé de chocolate y ver la vida tras una neblina de felicidad.

Volviendo a la peli, he de decir que no voy a ser nada objetivo en el tema. Toda la historia del mundo Tolkien me encanta, muchos ya sabréis que he leído el Silmarillion trece veces. Y que si no lo he leido más veces es porque me parecía enfermizo y empecé con el Mundodisco, que también he releeido varias veces.

En este caso, el libro El Hobbit, que fue el primero que leí, me pareció un poco peñazo, con tanta cancioncita, y me imaginaba las películas llenas de cancioncitas, pero quitando una en la primera, se han portado. 

La cuestión es la "rigurosidad", que como bien sabemos, las películas se basan en los libros para coger los nombres de los personajes (¿alguien ha leido La Reina de los Condenados de Anne Rice y ha visto la pelicula de Michael Rymer? Sabrá a lo que me refiero). 
En el caso del Hobbit se inventan unas cuantas historias más para meter entre medias, porque la historia por si misma no da para mucho. Pero no significa que sea malo. La historia paralela de los Grandes (Gandalf, Galadriel, Radagast, etc.) y el Nigromante de Dol Guldur, me encanta, pues está contada en el Silmarillion, y como he dicho antes, me apasiona, aunque creo recordar que no es temporalmente riguroso. Se que sería imposible, porque necesitaría 50 películas, pero si hiciesen el Silmarillion en película, yo vería todas, trece veces o más.

Pero hay otras historietas introducidas en la película (volviendo al tema) que son un poco... Es cierto que Legolas es del reino de Thranduil, pero todo lo que sucede con la elfo (¿elfa?) Tauriel que se inventan, no me ha acabado de gustar. No quiero entrar en detalles, por si no habéis visto la película.

Pero no acaba aquí la cosa, la historia con el dragón se alarga un poco, porque hay que darle juego al dragón que tanto han querido mantener en secreto. Y no está nada mal, excepto por un detalle de una carretilla que flota sobre oro fundido con un enano encima, tumbado sobre ella que no se ha quemado ni ha sudado... 

Pero no voy a criticarlo todo, en realidad me ha gustado bastante la película, y os recomiendo que vayáis a verla, el día del espectador que es más barato, y en 2D. Lo de las gafas aun no me convence mucho. Y los aracnofóbicos que vayan asimilando que van a pasar miedo también.

Y dicho esto, que en realidad casi no he dicho nada, vamos a por las tortitas.


Tortitas


INGREDIENTES
           
· 1 cup (125g) de harina
· 1 cup (240ml) de leche
· 1 tbsp (13g) de azúcar
· 1 huevo
· 1 tsp de extracto de vainilla
· 1 tsp (4g) de levadura química
· 1/3 tsp (0.6g) de sal
· Mantequilla

PREPARACIÓN

Esta es la receta más sencilla de recordar de todas las que he hecho, porque es todo 1 de algo, 1 de otro algo y 1 de otro, si se mide en volumen. Así que si la mañana de navidad aun tenéis hueco en el estómago, podréis hacer un desayuno rico y rápido.
En un bol se mezclan la harina el azúcar la sal y la levadura química y a continuación se agregan la leche y el huevo seguidos de la vainilla. Una vez está todo bien incorporado (como siempre, sin pasarnos mezclando par que no queden duras) es conveniente dejar reposar la mezcla cinco minutos, pero si tenéis hambre, podéis saltar ese paso.

Ahora toca calentar una sartén poner un poco de mantequilla en ella y esperar a que se derrita. Una vez esté bien caliente, se pone un poco de la mezcla con un cazo. No hay que extender la masa como en el caso de los crepes, las tortitas tienen que estar gorditas, y la levadura ayudará a que crezcan un poco. Dependiendo del tamaño de las tortitas, obtendréis más o menos. A mi con esta cantidad de masa me salen entre ocho y diez.
Una vez la masa empieza a burbujear es el momento de darle la vuelta y esperar unos 30 segundos hasta que se termine de hacer por el otro lado.

Cuando estén todas preparadas, se pasan a un plato ¡y a comer!
Como más me gustan es apilándolas con un trozo de mantequilla encima, que se funde con el calor, un chorro de sirope de arce o miel, y alguna fruta, como frambuesas o fresas. Pero un poco de chocolate no hace daño a nadie.


(Pulsar para ver en grande)





sábado, 14 de diciembre de 2013

Cheese Danish Cake

Qué rápido se me pasan las semanas. 
Sobre todo estos días, que he vuelto al estudio a fondo, llevaba unos días en los que me lo tomaba con más calma, ¡pero febrero está ahí ya! 

De todas formas no va a faltar receta cada miércoles por mucho que tenga que estudiar, ¡faltaría más! Me desestreso.

También me desestreso con los libros-regalo-de-cumpleaños. Sobre todo un gran libro de cocina (que es el que más pega contar aquí) llegado desde Londres.

¡Jamie's Great Britain! 

Hay tantas cosas ricas que no sabe uno por donde empezar, sobre todo (como no) los dulces. Ya irán cayendo y vosotros lo veréis.

Y ahora os dejo con la receta de hoy. 


Cheese Danish Cake

INGREDIENTES

Para el Bizcocho:                    
· 3/4 cup (96g) de harina
· 2/3 cup (135g) de azúcar
· 1/4 cup (29.5g) de cacao en polvo
· 5 tbsp (72g) de mantequilla
· 7 tbsp (105ml) de leche
· 1 huevo
· 1 tsp (5ml) de vainilla
· 1 tsp (5ml) de sal
· 1/2 tsp (2.5ml) de levadura

Para la cobertura:      
· 230g de queso cremoso
· 1/2 cup (100g) de azúcar
· 2 huevos
· 2 tsp (1 limón) de ralladura de limón
· 2 tsp (10ml) de vainilla
· 1 tsp (4g) de maicena
· 340g de frambuesas


PREPARACIÓN

Situación. Tienes antojo de tarta, pero no sabes si hacer una de queso suavecita con fruta, o mejor un bizcocho de chocolate y no pensar en nada más que en chocolate.
Situación. Entras en este fantástico y estupendo blog en busca de recetas que te inspiren y te ayuden a decidir y encuentras esta receta. Cheese Danish Cake, que aun no se por qué es danesa, pero estoy investigando, que todo lo nórdico me interesa mucho.
¿Qué tiene de especial? Supongo que si habéis leido los ingredientes habréis visto que hay dos partes, y es que esta tarta tiene dos capas. Una de tarta de queso y otra de bizcocho de chocolate. 

En resumen, es como la típica tarta de queso, pero en lugar de una base de galleta y mantequilla, tiene una base de bizcocho de chocolate (que si no se quiere chocolate, se quita el cacao y todos felices).

¡Y lo mejor es qué tienes los dos antojos cubiertos!

Para empezar hay que engrasar un molde desmontable y precalentar el horno a 180ºC.

A continuación se prepara la base de bizcocho. En un bol se mezclan la harina, el cacao la sal y la levadura. En otro, se baten el azúcar y la mantequilla (que hace dos publicaciones aprendimos que tiene que estar a temperatura ambiente) hasta que se forme una pasta homogénea. En ese momento se añaden el huevo, la vainilla y la leche. Mezclarlos bien
Cuando esté bien mezclado, se añaden los húmedos a los secos, moviendo hasta incorporar, sin pasarse,  se pasan al molde y se meten en el horno durante 22 minutos. Transcurrido este tiempo, el bizcocho no estará hecho del todo, pero hay que hacer la tarta de queso aun, así que se terminará después, no hay problema. En estos quince minutos se prepara la capa de queso, así no se pierde nada de tiempo. 

En un bol pequeño se mezclan las frambuesas con una cucharada de azúcar y la maicena.
En otro bol, algo más grande, se baten bien el queso, la ralladura y la vainilla hasta obtener una crema, a la que se añaden los huevos de uno en uno.

Transcurridos los 15 minutos desde que metimos el bizcocho en el horno, se saca del horno. Sobre el se colocan de manera homogénea las frambuesas y, sobre ellas, la mezcla del queso.

De vuelta al horno, esta vez durante 45 minutos, o hasta que el queso esté firme.

Hay que dejar enfriar bien antes de desmoldar la tarta. Después solo queda decorar con más frambuesas y ¡a comer!

Espero que os guste. ¡Feliz semana!





miércoles, 11 de diciembre de 2013

Se Acerca (Apple Pie)

¡Ay qué poco queda ya para la navidad!

Seguro que si habéis pasado por el centro de Madrid os habréis dado cuenta. Sobre todo por el efecto llamada de las lucecitas, que atraen a la gente en hordas, manadas, oleadas o como queráis llamarlo. Pero es imposible.

Desde aquí hago un llamamiento a todas esas personas que se empeñan en que sus hijos vean la ciudad en navidad. Me parece bien, aunque es bonita todo el año, pero por favor, dejen los carritos en casa, muchos tobillos lo agradecerán. No es fácil ni cómodo ir apretujado y a cámara lenta por Gran Vía, pero lo es menos si un carrito decide que golpeando tus tobillos va a ir más rápido. Aumenta los niveles de ira, y eso no le viene bien a los comerciantes, porque suele terminar en un ¡¡No aguanto más, me voy!!
En mi caso no suele ser así, porque tardando una eternidad en llegar al centro, no me voy a ir por un carrito, pero de las miradas de odio no se salva nadie.

Se ve que me pongo hostil cuando llegan estas fechas "tan señaladas".

Pero por otro lado, hay bastantes excusas para estar con el horno encendido, desde el frío que hace en la cocina hasta preparar una cena con la que comerías durante una semana, en abril o agosto.

Pero vayamos directos al dulce.

Hoy un clásico de invierno, que con helado de vainilla queda estupendamente. Y sin huevo.


Apple Pie


INGREDIENTES

     Para las Manzanas  
· 6 manzanas
· ¼ cup (55g) azúcar moreno
· ¼ cup (50g) azúcar blanco
· Zumo de medio limón (2tbsp)
· 1 tsp (5ml) de canela molida
· ¼ tsp de nuez moscada molida
· ¼ tsp de sal
· 2 tbsp (28g) de mantequilla
· ½ tsp (2.5ml)de vainilla
· 1 ½ tbsp (15g) de maicena

     Para la Masa
· 2 1/2 cup (350g) de harina
· 2 tbsp (25g) de azúcar
· 226g de mantequilla fría
· ½ cup (120ml) de agua muy fría (no se usará toda)

PREPARACIÓN

Esta receta requiere algo de tiempo, ya que hay que dejar reposar las manzanas, pero también se puede hacer todo del tirón, sin que las manzanas reposen y sin el paso del cazo que os cuento más adelante. Pero vamos por partes.

En primer lugar hay que pelar y trocear las manzanas en laminas de medio centímetro de espesor más o menos. Las manzanas que se pueden usar aquí son prácticamente todas. Típicamente la gente opta por las más dulces, como Gala o Golden, pero yo prefiero utilizar alguna las ácidas, para contrarrestar el azúcar de la receta, por eso incluyo alguna manzana Granny Smith, que son las que más me gustan en general.


Una vez troceadas todas las manzanas, se bañan con el zumo de medio limón, para evitar que se oxiden. Cuidado con el limon que yo siempre me paso y acaba sabiendo sólo a limón. Además se añaden los dos tipos de azúcar, la canela, la nuez moscada, y la sal. Es el momento de dejar que reposen durante una hora para que las manzanas liberen su zumo (ósmosis).

Mientras tanto, se prepara la masa para la base y la tapa. Se puede hacer a mano o con un procesador de  cocina. Es muy sencillo, se mezclan bien la harina, la sal y el azúcar y a continuación se agrega la mantequilla bien fría, cortada en dados. Se mezcla todo hasta que tenga consistencia arenosa, ya sea con el procesador o con los dedos. A continuación se va añadiendo agua muy fría, cucharada a cucharada, hasta que la masa consiga juntarse y formar una bola. La cantidad de agua variará, dependiendo de la humedad y la temperatura de la habitación, pero estará entre tres y seis cucharadas (tbsp). Una vez se ha conseguido hacer una bola de masa, se corta en dos partes iguales, se envuelven en plástico de cocina y se meten en la nevera durante 40 minutos, al menos.

Volviendo a las manzanas, transcurrido el tiempo de reposo, aparecera un zumo marrón en el fondo del bol. Este zumo haría que la masa se quedase blanda, por lo que se pasa todo el zumo a un cazo y se pone a fuego medio, junto a la vainilla y la mantequilla, hasta que espese, tomando consistencia parecida al sirope. Una vez esté preparado, se espolvorean las manzanas con la maicena, que ayudará a espesar el zumo que liberen una vez en el horno, y se añade el sirope, mezclando para cubrir bien las manzanas.

Mientras se hace el sirope, es el momento para estirar la masa y colocarla en el molde, cortando bien los bordes. Puede esperar en la nevera hasta que el sirope esté listo. Momento perfecto para encender el horno y precalentar a 220ºC.

Una vez las manzanas estén listas, se vuelcan sobre el molde, que ya tiene la base colocada. 

Para cubrir la tarta se puede estirar la masa restante y colocarla encima (que es como a mi me gusta), o se pueden cortar tiras y hacer una malla. También se pueden cortar formas con un corta pastas para galletas y colocarlas de manera que solapen. Es importante que tengan hueco para que salga el vapor durante el horneado, así que si optáis por cubrir todo, es importante que selléis bien el borde y que hagáis varias incisiones con un cuchillo cerca del centro que dejen escapar el vapor.

Una vez listo, se mete el Pie al horno, en la parte inferior, durante 45 minutos. Hay que estar atento, ya que los bordes pueden empezar a oscurecerse demasiado. En ese caso, se puede sacar la tarta del horno para cubrir los bordes con papel de aluminio, que evitará que se quemen.


Aquí me vino un ataque de inspiración y me puse a hacer una trenza con los recortes de masa, para tapar el borde.


Transcurridos los 45 minutos, se prueba la manzana con un cuchillo o un tenedor. Al pincharla no debe quedarse sujeta, tiene que estar blandita. Si no lo está, hornear unos cinco minutos más.

Y como todos tendréis en mente, esta tarta se deja enfriar en la ventana, no creo que os ataquen los osos. Y recordad, ¡helado de vainilla!


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Apuntes de Teoría II (Tarta de Chocolate)

Hola gentes, otra vez aquí preparado todo para hacer una tarta grande y rica, pero antes toca la teoría (que podéis saltar en cualquier momento, faltaría más).

Hoy os contaré como mido las cantidades de ingredientes de las recetas, porque suelo poner la medida en volumen y en gramos.

Sin duda alguna, la forma más precisa de medir los ingredientes, es midiendo su masa con una báscula. Hay recetas, como los macarons, que necesitan medirse de esta forma porque la precisión es importante. Pero hay otras en las que no y la medida en volumen es más rápida de hacer. En cualquier caso siempre que ponga una medida en volumen, os la indicaré en masa también.


En cuanto al volumen, las medidas "estándar" son las cups (tazas) y sus divisiones, así como las cucharas. Pero por partes.

Un cup equivale a un volumen de 240ml, como una taza de desayuno aproximadamente. Es muy útil porque con sólo llenarla ya está la cantidad necesaria, no hay que poner o quitar hasta acertar.

Para utilizar estas medidas, yo utilizo unos cacitos en los que indican el volumen en cups y en mililitros. 


De izquierda a derecha: 1 cup (240ml), 1/2 cup (120ml, 1/3 cup (80ml) y 1/4 cup (60ml). Los hay de mil formas y colores, así que seguro que podréis encontrar algunos que os gusten si los estáis buscando.


Para utilizarlos, hay que sumergirlos dentro de, por ejemplo, la harina y pasarle un cuchillo para alisar la superficie. Es mejor hacerlo de esta forma que llenándolo echando la harina (por ejemplo otra vez) como si fuese un vaso, de esa forma quedaría mucho aire dentro. 

Para las medidas más inferiores a 60ml, se utilizan las cucharas.
En este caso hay dos unidades básicas, el tablespoon (tbsp) o cuchara de mesa de 15ml, y el teaspoon (tsp) o cucharilla de postre de 5ml. No hace falta que indique que tres tsp equivalen a una tbsp.

Estos medidores son los más útiles para las especias, para la vainilla y en general, para todo lo que tiene que ser usado en poca cantidad y que una báscula puede ser demasiado exagerado (para medir dos gramos de canela, más fácil con una cucharita).


De izquierda a derecha: 1 tbsp (15ml), 1/2 tbsp (7.5ml), 1 tsp (5ml), 1/2 tsp (2.5ml), 1/3 tsp (1.65ml), 1/4 tsp (1.25ml). Igualmente, de mil formas y colores, pero a mi me tira más el verde.
Además hay que destacar que 16 tbsp equivalen a 1 cup. 



Al igual que con los medidores de cups, lo mejor es sumergirlos dentro del ingrediente y alisar por encima para tener una medida lo más precisa posible.

Existen muchas páginas en internet con tablas de equivalencias entre unas medidas y otras, entre las más útiles están las que transforman medidas de volumen en masa y viceversa, sobre todo de la mantequilla, que es más difícil de medir en volumen.

Para medir líquidos, en pequeña cantidad, como el extracto de vainilla, las cucharas son suficientes, pero para medir grandes cantidades de líquido, es mejor utilizar una jarra medidora, y en este caso suelen presentar varios tipos de medida, así con un mismo utensilio se puede medir en cups o en mililitros.


Esta fue mi primera jarra de medidas, en la que medía la harina también, pero desde que tengo los otros medidores, queda todo bastante mejor.

Y hasta aquí la clase de hoy, podéis tomar un descanso o pasar directamente a la TARTA DE CHOCOLATE.

Porque como os dije la semana pasada, el sábado fue mi cumpleaños y se merecia una gran tarta. En realidad hice dos, ya que siempre lo celebro dos veces, que mi casa es muy pequeña y mis primos muy grandes. El primer día hice una Apple Pie, que no os la tardaré en enseñar y el segundo una gran tarta de chocolate, cubierta de chocolate. Pero eso no fue todo, mi prima me hizo una Raspberry Pie (frambuesas síííííí!!). Fue un gran cumpleaños, el mejor en años, no solo por la tarta claro.



Chocolate Cake


INGREDIENTES

· 1 ¾ cups (245g) de harina
· ¾ cup (75g) de cacao en polvo
· 2 cups (400g) de azúcar
· 2 huevos
· 1 cup (240ml) de buttermilk
· ½ cup (120ml) de aceite
· 1 cup (240ml) de agua/café
· 1 ½ tsp (7.5ml) de levadura química
· 1 ½ tsp (7.5ml) de bicarbonato
· ½ tsp (2.5g) de sal
· 1 ½ tsp (7.5ml) de vainilla

· 180g de chocolate
· 1 cup (230g) de mantequilla
· 2cups (230g) de azúcar glass
· ½ tsp (2.5ml) de vainilla




PREPARACIÓN

Para empezar, como siempre, precalentar el horno a 180ºC y engrasar y empapelar el molde a utilizar.

En un bol grande se tamizan y mezclan la harina, el cacao, el azúcar, la sal, la levadura química y el bicarbonato. Y ojo, el cacao en polvo, no es colacao ni nesquick ni nada de eso, no los utilicéis porque llevan más cosas que no queremos en la tarta.

En otro bol se combinan los huevos junto al aceite, el buttermilk, el agua/café y la vainilla. Buttermilk es suero de leche, pero dicho así a mi me da un poco de grima, así que mejor decirlo en inglés. Es fácil de preparar, 1 tbsp (15ml) de zumo de limón o de vinagre blanco por cada cup (240ml) de leche. El ácido separará el suero de la leche y hará que la tarta quede más cremosa. Hay que dejar reposar unos diez minutos a temperatura ambiente, así que hay que prepararlo cuando se saque todo de la nevera para que esté todo a temperatura ambiente. Una vez haya que usarlo, se vierte todo el contenido donde haga falta y listo. También podéis usar leche a secas, pero con buttermilk queda más rico.
Respecto al agua/café, yo le pongo 1 tbsp (15ml) de café al agua, pero si no queréis, podéis poner el agua sola.

Una vez listos los ingredientes húmedos, se vierten sobre los secos y se mezclan hasta que estén bien mezclados. La masa resultante es muy líquida, por lo que necesitará un buen rato en el horno para hacerse bien por dentro.
Pasar al molde y hornear durante 40 minutos o hasta que esté bien hecha por dentro, asegurarse bien insertando un palillo.

Tras sacar del horno hay que ejar enfriar completamente antes de cortar y cubrir. Yo esto lo hice ya al día siguiente.

Para hacer el relleno y la cobertura, que serán lo mismo, hay que derretir el chocolate, bien en el microondas o en un bol sobre agua hirviendo, y se deja enfriar a temperatura ambiente sin que llegue a endurecerse otra vez, para no derretir la mantequilla cuando se junten.
En un bol grande se bate la mantequilla (temperatura ambiente) hasta que esté cremosa. En ese momento se añade el azúcar glass tamizado y se bate con las varillas hasta que esté completamente integrado (hay que estar un rato, para que coja aire y quede cremoso). A continuación se añaden el chocolate fundido y la vainilla y se vuelve a mezclar hasta que el chocolate esté bien repartido.

Es el momento de cortar la tarta en dos capas. Se pone un tercio del relleno de chocolate entre las dos capas de la tarta, y el resto se pone encima para cubrir la tarta, tanto por arriba como por los lados. Y ya solo queda echarle imaginación para decorarla. 

¡Pero lo mejor será cortarla y comerla!




Feliz semana a todos.





miércoles, 20 de noviembre de 2013

Apuntes de Teoría I (Arroz con Leche) (SG)

Yo no se que pasa, pero cada semana llega antes el miércoles, será que es el día especial para escribir y me paso los siete días pensando en que contar.

Pero ya estoy aquí otra vez, y hoy traigo apuntes. Pero no habrá examen (de nada, de nada), sólo algunas cosillas que debería haber ido contando desde el principio para que lo tuvieseis en cuenta a la hora de darle al horno.

Y como buen físico, la mayoría dependerá de las medidas de masa, volumen y temperatura, la presión no. 
Os cuento todo esto porque creo que a lo mejor no queda suficientemente claro cuando lo escribo, aunque si veis más recetas por internet, seguro que todo esto os suena. Pero de algo tendría que hablar hoy ¿no?

En primer lugar os hablaré de la temperatura. Nada más que tres cosas.

La primera y de las más importantes (todas lo son en realidad) es la temperatura de los ingredientes. Cuando se empieza una receta, todos los ingredientes tienen que estar a temperatura ambiente, cosa que nunca indico porque lo daba por hecho, pero prefiero decirlo ahora, así nunca podréis ponerme pegas. Quiero decir con esto que cada vez que penséis hornear algo (o cocinar), todos los ingredientes que estén en la nevera deben salir media hora antes de ella, para que cojan temperatura, sobre todo los huevos, la mantequilla, la leche y el queso cremoso. Habrá algunas veces que se necesiten algunos ingredientes fríos, como la mantequilla de los Scones. En ese caso, os lo indicaré en los ingredientes para que lo tengáis en cuenta desde el principio.

Otra cosa importante a tener en cuenta es la temperatura del horno, siempre, siempre, SIEMPRE, hay que precalentarlo, así que estimad cuanto tarda el horno en alcanzar la temperatura necesaria y lo encendéis mientras preparáis las demás cosas. Tampoco es necesario que el horno esté precalentando durante dos horas, sed eficientes.

Por último, la temperatura necesaria para la levadura de panadería. En este caso, independientemente de si la levadura tiene que activarse o no, lo más normal es que la receta pida que los líquidos (leche o agua) estén tibios, lo que quiere decir que unos 35ºC está bien, temperatura corporal, más frías no se activan y muy calientes las mata. Y esto continúa. Las masas con levadura de panadero tienen que fermentar para quedarse blanditas, y estas levaduras funcionan a temperaturas, otra vez, alrededor de la temperatura corporal (en verano es maravilloso). Así que cuando pongáis la masa a subir, hacedlo en un lugar cálido, cerca de un radiador, o bajo el sol que entre por una ventana.

Y ya enlazando con todo esto, os voy a contar los tipos de levadura que uso, porque alguna vez me habéis preguntado.

Así, sin profundizar mucho, hay dos tipos de levadura, la química, que es un gasificante. Químicamente se trata de un ácido débil que se mezcla con una sal de ácido o con una base, débil también. Su efecto es inmediato, primero tienen una reacción al entrar en contacto con agua y después otra vez al calentarse en el horno. Para potenciar su efecto se suele añadir un poco de bicarbonato sódico (sal de ácido) a la masa. 
El otro tipo de levadura es la conocida como "de panadero", que en este caso si es una levadura viva. Se puede adquirir en dos formas, fresca o seca. La primera debe mantenerse refrigerada y ser consumida pronto, porque esta viva. En caso de que se vaya a tardar en usar es mejor congelarla y descongelarla en la nevera cuando sea necesario. La seca es la misma que la anterior, pero deshidratada para conservarla más tiempo. Además es más potente (unas cinco veces) pero a veces es necesario activarla previamente, por lo que es un paso más (no es tan malo, un minuto en mezclar y cinco en activar, que pasan mientras mezclas los ingredientes secos). 
Y para que no os de mal rollo, todas las levaduras mueren al superar los 50ºC, y el horno siempre está a unos 180ºC, así que tranquilos, no produciréis cerveza en vuestro estómago.


El color de la levadura química es blanco, mientras que la levadura viva, la de panadero, es marrón/gris. La levadura fresca suele venderse en taquitos prensados.

Y ya está, la clase de hoy se acaba. ¡Espero que os haya servido de algo! La semana que viene continuarán las clases, que aun no he mencionado el volumen y la masa. 

Ahora sí, la receta. Algo fácil, sencillo y bien rico:



Arroz con Leche


INGREDIENTES     (Para 3 personas)
  
· 100g de arroz
· 6 tbsp (75g) de azúcar
· 750ml de leche entera
· La piel de un limón
· Una rama de canela
           
PREPARACIÓN

Esta receta es fácil y rápida, que después de tanto leer no hay ganas de algo complicado.

Para empezar, en una cacerola se pone a fuego lento la leche con la piel de limón y la rama de canela hasta que comience a hervir. Es importante que la piel del limón sólo sea la parte amarilla, nada de blanco. Una vez comience a hervir (cuidado que sube), se añade el arroz. 

Transcurridos unos 15 minutos, el arroz no estará blando aun, se añade el azúcar. En este momento es bueno mover todo bien para que el arroz no se pegue al fondo. Y ya está, sólo queda retirarlo del fuego una vez haya espesado y el arroz este blando, y colocarlo en el bol o fuente donde se vaya a servir. Se pueden pescar la rama y la piel para no encontrarlas a la hora de meter la cuchara, o utilizarlas para decorar.


¡Feliz semana! El miércoles os contaré que tartas han caído por mi cumpleaños, ¡qué es el sábado!

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Rollitos de Canela


¡Hola Suiciders!

Mmm ese saludo no queda muy bien si se traduce literalmente, pero todos sabemos que hablamos de tartas nada más, eh!? 

Esta semana toca una receta larga, pero que os cubrirá de gloria (risas), y hará que "vuestra casa huela como una tienda de velas" (eso lo dijo Laura Vitale, la grande). 

Así que directamente paso a ello, tampoco tengo mucho que decir de esta semana pasada, estudiar y estudiar y no puedo repetirme con tanta mecánica cuántica, que pierdo suiciders.

Tendréis que leer todo bien antes de lanzaros al mundo del rollito de canela, que no es tan difícil, pero lleva su trabajo y su tiempo. 

Y lo mejor de todo es que con esta misma receta, se pueden hacer un par de cosas más, pero ya llegarán, ¡cada cosa a su tiempo!

Allá vamos.

Cinnamon Rolls


INGREDIENTES
   
Para la masa
· 4 (475g) cups de harina de repostería o de fuerza
· 1/4 cup (57g) de mantequilla fundida
· 1 huevo
· 1/4 cup (50g) de azúcar blanco
· 3/4 cup (180ml) de leche entera
· 1/4 cup (60) de agua caliente
· 7g (un sobre) de levadura de panadero seca, la marrón, la de verdad, la que está viva.
· 1 tsp (5g) de sal
· 1 tsp (5ml) de esencia de vainilla


Para el relleno
· 1/3 cup (75g) de mantequilla
· 3/4 cup (150g) de azúcar moreno
· 1/4 cup (50g) de azúcar blanco
· 1 1/2 tbsp (15g) de canela


Para el glaseado
· 1 1/4 cup (155g) de azúcar glass
· 1 tbsp (15g) de mantequilla
· 1/4 cup (60g) de queso cremoso
· 1/2 tsp (3ml)vainilla
· 2-3 tbsp (30-45ml) de leche caliente


PREPARACIÓN

Bueno, como veis hay muchas cosas que preparar, pero primero la masa, que es lo que más tiempo necesita.

Primero hay que activar la levadura, en caso de necesitarlo. Para ello, en un bol pequeño se pone el agua tibia (a temperatura corporal, ni muy fría que no active, ni muy caliente que pueda matar las levaduras) con una cucharada del azúcar, bien disuelta, y la levadura. Y a esperar cinco minutillos.

Mientras, en el bol principal, en el que se va a hacer la masa, se mezclan la leche, la mantequilla derretida el huevo y la vainilla y se bate hasta que se mezclen. A continuación se incorpora la levadura y se mezcla. Ni falta hace que os diga que no hay que usar batidora, ¡todo a mano! ¡No a las amasadoras!

Añadir la sal y el azúcar a la harina y mezclar un poco para que la sal no se quede concentrada en un solo lugar, e incorporar la mitad de la harina/sal/azúcar a la mezcla anterior. Batir hasta incorporar todo y añadir el resto de la harina/sal/azúcar.

En este punto, la masa es consistente y no tiene que ser muy pegajosa. Ahora viene lo divertido, ¡amasar! Para no incorporar más harina, lo mejor es untarse las manos de aceite y mover la masa entre las manos durante unos minutos (unos diez) hasta que esté suave. En ese momento, hay que dejarla subir. Para ello se embadurna un bol profundo con aceite por las paredes y se coloca la masa dentro, pintándola con un poco de aceite por encima. Se cubre el bol con plástico de envolver y se deja reposar, en un lugar cálido, durante dos horas.

Sí, es una de esas recetas en las que hay que esperar y sufrir. Pero valdrá la pena. 

Transcurridas las dos horas, la masa habrá duplicado su volumen, momento en el que se vuelca sobre una superficie enharinada y con las manos o un rodillo se estira formando un rectángulo fino. Las dimensiones del rectángulo deben ser como una bandeja de horno (es lo que yo uso para guiarme), aproximadamente 45cm x 40cm.

Sobre este rectángulo, se pone el relleno (mirar ingredientes).

En primer lugar la mantequilla, que debe de estar a temperatura ambiente para poderla extender apropiadamente por toda la superficie. Sobre la mantequilla se espolvorean los azúcares y la canela.

Ahora hay que comenzar a enrollar, por el lado largo, procurando que queda bien prieto. Para cerrarlo, el último centímetro de masa, se moja con un poco de agua, usando los dedos, y se termina de enrollar. A continuación se cortan los dos extremos de la masa para igualarla (¡no se tiran!), y se corta el rollo por la mitad, y cada mitad por la mitad, sucesivamente hasta llegar a 16 rollitos.

Se enmantequilla una fuente y se colocan los rollos en ella, espolvoreando por encima el relleno que no se haya querido quedar dentro mientras se enrollaba, se pintan por encima de mantequilla derretida, y se vuelven a cubrir de plástico para dejar reposar durante 45 minutos.  

En este momento, antes de reposar, tendrán esta pinta:


Transcurrido el tiempo, se precalienta el horno a 180ºC y se hornean los rollos durante media hora. Es el momento en el que el olor os torturará hasta límites insospechados, ¡pero aun no se pueden comer! Hay que hacer el glaseado, así se enfrían un poco y la lengua puede sobrevivir.

Para hacer el glaseado (ver ingredientes) sí echamos mano de la batidora. Se baten el queso, la mantequilla y la vainilla juntos. No hace falta decir que deben estar a temperatura ambiente. Una vez unidos, se añade el azúcar glass poco a poco, hasta que esté bien incorporado, y se añade la leche a cucharadas hasta obtener la consistencia deseada, es decir, no muy líquido, como debe ser un glaseado.

Y ya está casi. Tendréis que verter el glaseado sobre los rollitos, no hace falta cubrirlo todo, ¡al gusto!
Y ahora sí, corta un rollito, ponlo en tu plato y mételo en tu barriga!



Espero que os gusten, sólo de escribirlo ya tengo un antojo enorme.

¡Qué tengáis buena semana suiciders!



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